27.9.06

Una gran reserva de agua dulce

La Reserva Hídrica Provincial Pampa de Achala, en la provincia de Córdoba, no escapa al problema de la contaminación.

22.9.06

12 de octubre: Encuentro de dos mundos

Me he tomado el atrevimiento de transcribir un discurso que contiene un fuerte alegato en defensa de las culturas originarias del continente americano. Una búsqueda de respuestas en nuestras propias raíces para comenzar a caminar hacia el futuro.
Su autor, el Lic. Daniel Cesario, es uno de mis ex profesores de nivel terciario. A él debo gran parte de mi actual formación, razón por la cual siempre estaré en deuda con él.
El texto ha sido transcripto tal como fue escrito, de su puño y letra, a partir de una fotocopia que él me cedió gentilmente en su momento.

20.9.06

El problema de la erosión hídrica

La erosión hídrica es un problema muy grave. Gran parte de los suelos de la República Argentina se ven afectados por este fenómeno.
Aldea Santa María es una pequeña localidad de la provincia de Entre Ríos que fue fundada por los alemanes del Volga y es actualmente la Capital Provincial de la Conservación del Suelo.
Un artículo resume una extensa investigación que llevé a cabo en el año 2004 y que actualmente se encuentra publicada en su página oficial.
(Ver más)

El trabajo de investigación completo puede leerse en "El problema de la erosión hídrica de los suelos".

18.9.06

1er Foro Distrital de Jóvenes

1er. Foro Distrital de Jóvenes “El derecho del joven a ser escuchado: hablar, participar y decidir”.

El encuentro, al que asistí con un grupo de alumnos de EGB 3 y de Polimodal[1] del Instituto San Pedro Julián Eymard de la ciudad de San Martín, tuvo lugar en el Colegio José Hernández de Villa Ballester el pasado viernes 15 de septiembre.Después de los trámites formales de acreditación se formaron las comisiones de trabajo, y los docentes que acompañábamos a los distintos grupos fuimos invitados a integrar las comisiones en carácter de “adultos observadores”.Como era de esperar, al principio costó bastante romper el hielo; pero con el correr de los minutos el clima se fue distendiendo. Y debo reconocer que quedé gratamente sorprendido por el excelente nivel de los participantes, el clima cordial en el que se desarrolló el debate y la preocupación que manifestaron los adolescentes con respecto a problemáticas de origen muy diverso, pero sin apartarse del tema principal que debían tratar. Y convengamos que el amplio espectro que abarca la diversidad cultural no es un tema fácil de debatir.Expusieron con claridad sus ideas, contaron sus experiencias, propusieron otras y coincidieron al momento de denunciar la falta de compromiso que mostramos la mayoría de los adultos al momento de asumir responsabilidades tendientes a generar cambios sociales positivos.Fueron muy críticos cuando tocaron temas relacionados con la corrupción existente en todos los organismos del Estado, la escasa participación del mismo en los problemas sociales más acuciantes, la impunidad con que se manejan sus funcionarios y el trabajo infatigable y anónimo que miles de argentinos llevan adelante cada día en muchos barrios humildes del conurbano bonaerense y en los lugares más remotos de nuestra geografía.Muchos interrogantes y muchas demandas; pero también muchas ideas y excelentes compromisos de acción directa: ayuda a los más humildes, inclusión de todos sin diferencias, difusión de estos temas tanto en el ámbito escolar como familiar y comunitario, y lo que quizás haya que destacar como el resultado más interesante del encuentro: un reclamo generalizado de continuidad de este tipo de encuentros juveniles; necesidad, al fin y al cabo, de ser escuchados, de hablar, de participar y de decidir.El último párrafo del texto que elaboraron a modo de conclusión del trabajo en comisión resume el objetivo buscado a través del foro: “…intentar, dentro de la heterogeneidad de la sociedad, arribar a la verdadera unidad en la diversidad”.

[1]
Los alumnos participantes fueron en representación de sus respectivos cursos: por 7ºA, Brian Rueda y Matías Bazzana; por 7ºB, Ailén Ávalos y Macarena Décima; por 8ºB, Belén Olguín y Estefanía Ávalos: por 2º año EGEOR, Soledad Ganiele y Yésica Filiberto, y por 2º año Cs. Naturales, Agustín Ordóñez y Florencia Ballester.-

17.9.06

La diversidad cultural

La diversidad cultural y el rol de la juventud.

Debemos reconocer que estamos inmersos en una situación nunca antes vivida por la humanidad. Los adelantos científicos y tecnológicos nos han alterado la idea que teníamos de tiempo y espacio. Todo parece ocurrir más rápidamente y todos los lugares parecen estar cercanos. Al menos para los que podemos contarnos entre los privilegiados partícipes de esta nueva edad histórica a la que algunos aún le están buscando un nombre y muchos otros ya denominan “alta modernidad”. Y en este nuevo mundo parecería que prácticamente todo se encuentra a solo un clic de distancia. Ya no existen barreras culturales y todos formamos parte de una nueva cultura global.
Nos inunda la información en forma constante, y parecería que cuanto más avanzamos en conocimientos, más perplejos quedamos al darnos cuenta de cuánta diversidad existe en el planeta. Miles de etnias con sus idiomas y dialectos, cientos de cultos, creencias y religiones, melodías por demás diferentes, actividades artísticas sumamente variadas, distintas formas de estructuras sociales y cientos de platos típicos exquisitos. Podríamos seguir enumerando por un largo rato los miles y miles de ejemplos que a diario nos presenta la diversidad cultural del mundo actual, de esta “aldea global” a la que muchos se niegan a integrar, más allá de que coincidamos o no en sus argumentos. Pero no podemos escaparle a la idea de que el pluralismo cultural nos rodea. Todo, absolutamente todo, se ha diversificado. La economía se ha globalizado y las culturas se han desterritorializado. La diversidad cultural nos envuelve y es tan común que casi pasa desapercibida ante nosotros.
Los jóvenes no han sentido el impacto tanto como los adultos. Es claro, nacieron formando parte del mismo. Y ellos son los que están llamados a no desaprovechar este momento. Un momento que quizás no se presente nunca más en la historia de la humanidad. Pensemos que podríamos estar ante la única e irrepetible posibilidad de comenzar a cambiar. De ellos dependerá si se suben o no a este tren de la diversidad. Una oportunidad única, de la que sin dudas dependerá el futuro de nosotros, de ellos y de las futuras generaciones. Son los jóvenes los que deben abordar ese tren y conducirlo hacia la tan deseada unidad de toda la humanidad en la diversidad.
Ellos pueden mirar con ojos limpios el futuro y pueden hablar tan claro como nosotros si es que se lo proponen. Porque desean un mundo mejor, un mundo donde la convivencia pacífica se convierta en norma cotidiana.
¿Es tan difícil que nuestros actuales gobernantes comiencen a replantearse algunas cosas? ¿Es tan improbable la aceptación del otro como un “semejante”? ¿Es sólo una utopía, un sueño de locos, una idea de pocos, esto de la unidad en la diversidad?...
Deben pensar un instante y mirar hacia atrás. ¿Qué hubiese sido de nosotros sin esa oleada inmigratoria de fines del siglo XIX y principios del XX? Pensemos en aquellas tremendas barreras culturales que debieron enfrentar nuestros bisabuelos. ¿Vale la pena, tomando ese ejemplo, seguir pensando en la diversidad cultural como algo ajeno, extraño y negativo para una sociedad? ¿Vale la pena seguir sosteniendo que el otro no tiene nada que pueda sernos de utilidad? ¿No será que su historia, al fin y al cabo, no es tan distinta de la nuestra? ¿No será que su comida, su ropa y su música son parecidas a las nuestras?
Echen mano a ese don Divino y piensen, actúen racionalmente. No dejen que esta oportunidad de mejorar el mundo se les escape. No hagan de la diversidad cultural lo que muchas veces hemos hecho con el agua, a la que casi sin darnos cuenta dejamos escapar entre las manos…